Hoy quiero compartir una historia que me gusta mucho. Es la historia de James Holman, un viajero ciego que recorrió el mundo en el siglo XIX y que escribió numerosos libros a partir de todas sus vivencias.
Es toda una historia de superación y éxitos, porque su ceguera no le impidió querer salir a conocer mundo y vaya si lo hizo. Además, considero que tiene un gran mérito porque ocurrió hace 200 años atrás, cuando aún no había ni móviles ni Internet. Era un mundo completamente diferente al que es hoy.
La historia de James Holmes es el primer capítulo de mi serie de “Historias inspiradoras de personas ciegas”. No te lo pierdas:
La historia de James Holman, “el viajero ciego”
Holman fue un inglés invidente que pasó a la historia como uno de los grandes viajeros del mundo a comienzos del siglo XXI. Fue apodado como “El viajero ciego”.
Su andadura empezó en el año 1810, cuando Holman se quedó ciego con apenas 25 años. No fue un problema de nacimiento, sino que contrajo escorbuto -una enfermedad debido a una gran falta de vitamina C- cuando era teniente de navío.
A sus 25 años su vida cambió por completo, de una forma que quizás ni él mismo hubiera imaginado. Pero eso no lo frenó. Tras sufrir escorbuto y quedarse ciego, se lanzó a la aventura para explorar el mundo. Tenía claro que era lo que quería y así lo hizo.
Los viajes de Holman
James Holman en su primer viaje recorrió media Europa. En su aventura hizo muchas hazañas, desde pasear por el cráter del Vesubio hasta escalar la cúpula de San Pedro en Roma. Fue ahí cuando publicó The Narrative of a Journey.
Años después viajó a Rusia, pero las cosas no le fueron bien. No tenía permiso de viaje y la policía lo arrestó acusado de espionaje, dado que nadie creía que fuera viejo, “porque los ciegos no viajaban”. Sin embargo, Holman rompió con cualquier molde. Él sí viajaba. Ahí aprovechó para escribir Travels Through Russia.
Tras pasar 18 meses en la cárcel, fue deportado a Polonia y siguió viajando. En sus próximos destinos visitó África, Sudamérica, Australia, India y China, con numerosas andaduras en cada viaje. Desde el contacto con una tribu que le dio de comer termitas y lagartos hasta sus intentos de cazar tigres y elefantes. Todas esas aventuras quedaron plasmadas en Voyage Around the World.
Luego, conoció otros países como España, Grecia, Egipto y Turquía, donde finalizó con el último de sus libros una semana antes de fallecer, Holman ‘s Narratives of His Travels. Aunque nunca fue publicado.
Su fama fue tanta que consiguió diversas hazañas:
- Fue la primera persona ciega en circunnavegar el globo terráqueo.
- El río Holman, en Guinea Ecuatorial, fue bautizado con su nombre.
- Fue designado miembro de la Sociedad Linneo y de la Royal Society.
- Fue citado por Charles Darwin como un referente para conocer la flora del océano Índico.
En su honor se creó el premio The Holman Prize dotado con 25.000 dólares.
Sus aventuras terminaron en 1857, cuando falleció en Londres. Pero nos dejó un gran legado y, sobre todo, una gran historia de superación y de amor por la aventura dedicada a todas las personas con discapacidad visual. Por lo de pronto, pasó a la historia como el viajero ciego más famoso del mundo.
“Si James Holmes pudo viajar en pleno S.XIX siendo ciego, ¿por qué no voy a poder hacerlo yo en pleno S.XXI?”
Su historia es apasionante y es una gran inspiración y aprendizaje para todas las personas ciegas o con discapacidad visual. Porque si ya hoy en día puede resultar difícil viajar sin ver, no me quiero imaginar cómo tuvo que serlo hace 200 años.
Hoy en día tenemos mecanismos que nos facilitan un poco viajar. En el artículo de tecnologías accesibles ya mencioné algunas de las mejores aplicaciones para viajar, para poder reconocer objetos o incluso personas. Pero no me puedo ni imaginar cómo sería hacerlo dos siglos atrás.
Por algo siempre he admirado a los viajeros de la vieja escuela, y a día de hoy, ellos son una fuente de inspiración y de quienes aprendo.
¿Qué te ha parecido su apasionante historia? Permanece atent@ a los próximos capítulos porque seguro que consigues aprender algo de ellos.