Quién soy
Apartados
Empecemos por un poquito de mí...
Soy Felipe Gutiérrez, un sordociego malagueño de la cosecha del 79. Crecí con los libros de aventuras y mil viajes de Julio Verne, viendo los programas de televisión de “La Ruta Quetzal” del gran Miguel De La Cuadra Salcedo, aprendi a amar la naturaleza viendo “El Hombre y la Tierra” del maestro Felix Rodriguez De La Fuente, y descubrí los infinitos océanos y mares atreves de los ojos del explorador Jacques Cousteau a bordo del Calipso. Con ellos aprendí a viajar, a amar la naturaleza, los océanos, y soñé con emular sus hazañas algún dia y ser uno de ellos.
“Felipón”, que ese soy yo para los amigos, durante 33 tuve una vida como cualquier persona de mi edad, una vida normal y corriente con mi trabajo, mis salidas nocturnas con los amigos, mis amores y desamores.
Trabajé durante 14 años en el Aeropuerto de Málaga (España), primero como representante de compañías aéreas y vuelos privados, y después en el servicio de Asistencia a Pasajeros con Movilidad Reducida…. Casualidades de la vida, ¿no?
Pero fue en una revisión del oftalmólogo donde me vieron algo raro y me enviaron de manera urgente al hospital para que me hicieran una resonancia magnética. Y fue el 5 de enero de 2013 cuando me detectaron que temia un Neurinoma del Acústico, un tumor que crecia sin parar dentro de mi cabeza, exactamente en el nervio acustico, y que pese a su rápida y buena intervención, me dejó graves secuelas permanentes e iireversibles.
Entre en quirófano un 14 de marzo de ese mismo año sabiendo que iba a perder la audición total del oído derecho y que poco a poco iría recuperando visión hasta la normalidad, pero pasaron los meses y no fue así. Mi sordera es total en el oído derecho con un zumbido 24 horas en el oído (acufeno), a lo que se le añade mi limitada visión, que le afectó con la pérdida total de visión en el ojo derecho y más del 50% en el izquierdo. Y apartir de ese momento mi vida dio un giro de 180º y cambió por completo.
El mundo seguía girando y yo tenia que continuar mi vida. Empecé por aceptar mi nueva condición y empezar a ver el mundo desde mi particular punto de vista.
Tuve que aprender una nueva vida desde cero. En 2014 me afilié a la ONCE, y fue gracias a ellos, los que enseñaron a desenvolverme en mi nuevo día a día. Cosas que eran antes para mi tan sencillas y ahora tan difíciles. Aprendì de nuevo tareas tan rutinarias de la casa como limpiar y cocinar, a desenvolverme por la calle, a usar el bastón blanco para lograr mi independencia total, y tanto que lo conseguí…. Era una nueva vida, pero con distinto enfoque. Me ponía pequeños retos diarios, semanales y mensuales para quitarme el miedo a salir a la calle, primero iba acompañado y después empecé a hacer pequeñas incursiones en solitario por el barrio. Poco a poco fui entrenando ese “miedo” y superando cada uno de ellos, notaba como la mente y el cuerpo me pedía y me exigían cada vez más.
Eran mis ganas de superación y de ver mundo lo que me hacia levantarme todas las mañanas y continuar. Al ver que era capaz de eso y mucho mas, me introdujo en el mundo del deporte, primero compitiendo durante 3 años a nivel nacional en Tiro Olimpico Adaptado para Deficientes Visuales, y luego descubri el mundo de la náutica. Como miembro del Club Andaluz de Vela Adaptada, formè parte de una tripulación con distintas discapacidades que competimos en muchas regatas, tanto costeras como de altura, y en igual de condiciones contra otras embarcaciones sin discapacidad, demostrando de lo que que somos capaces.
Junto a ellos nos marcamos un objetivo y un nuevo reto, porque como bien dice “en esta vida siempre hay que tener un objetivo en el punto de mira: ¡Nos vamos a la 38ª Copa del Rey de Vela!”. Fue en agosto de 2019 cuando hicimos historia siendo la primera embarcación con tripulación con varios tipos de discapacidades (Sensorial, Intelectual y física) en participar en la que es la regata mas importante y exigente de España y de Europa, quedando en una muy buena posición dentro de nuestra categoría ORC-3.
Aparte del deporte, también me volqué en mi otra gran pasión, VIAJAR. No era algo nuevo en mi, pero si quería seguir viajando tenia que hacer tenia que hacer unos reajustes porbuna simple razón… Antes veía y oía bien y ahora no.
No deje que la falta de visión y audición me dejara sin hacer lo que mas quería hacer es esta vida y lo que me hacia levantarme en los días malos. Echándole valor, y como yo digo: “Siempre con dos cojones y un baston”, y asi fue como empecé a viajar por el mundo con mi sordoceguera, en solitario o con quien sea, con mi mochila, mi baston blanco. Siempre por libre y sin un rumbo fijo, fluyendo por lugares remotos e insólitos, lejos de las rutas turísticas. Europa, Marruecos, Namibia hasta Zimbawe, Tanzania, Iran, Amazonia Ecuatoriana, Islas Galapagos, Mauricio y Rodrigues, y asi hasta llegar a mas 30 paises y los que me quedan por recorrer. Es el ansia de comerme el mundo y aprender lo que me da esa fuerza y no me deja quedarme quieto.
Y con este blog quiero hacer ver que el tener afectada gravemente la visión y audición no es un problema para alcanzar tus sueños y demostrar de que todo es posible, solo hay que creerse que uno puede.
La vida te puede cambiar de rumbo en cualquier momento, para bien o para mal, y hay que estar preparado. Disfruta cada instante con las personas que la vida te va poniendo en tu camino, aprende de todas ellas y se feliz haciendo las cosas que te llenen, y sobretodo, no dejando que nadie te diga que no puedes, porque la discapacidad no existe, solo otras capacidades.
Y ha sido el destino, la casualidad, la lucha por la inclusión y la visibilidad de la Discapacidad Visual, lo que me ha hecho que haga realidad este gran proyecto y sueño en forma de blog, que no es otro que Con Dos Cojones y un Baston. Con el único fin de hacer ver a 0tras personas en situaciones similares a la mia de que somos capaces de todo y de que no tenemos limites, y mostrar al resto de la sociedad, de que la discapacidad no es un problema, simplemente es OTRA CAPACIDAD con otras formas de hacer las cosas.
Mi sordoceguera y yo
¿¿¿Cuánto son 20 grados en un campo de visión??? … ¿¿¿¿Como es escuchar solo por un oído???? Como me siento con mi sordo-ceguera????
Para algunos será poco, para otros será mucho, pero para mí lo es todo. Tengo una visión de 20 grados en el ojo izquierdo, ceguera total en el derecho, y una sordera total en el oído derecho….
Pero empecemos con el “Como veo” …. Tengo un campo de visión de 20º. ¿¿¿Que quiere decir eso???
Os cuento rapidito, una persona con una visión normal tiene un campo de 91º, así que imaginaros que estáis mirando por una mirilla, lo que veis, es lo que yo veo siempre. Tengo un campo de visión muy cerradito, tanto por los laterales como arriba y abajo. Pero eso no es todo, porque lo que percibo lo veo con una agudeza visual aceptable, pero todo lo que se sale de esa “mirilla”, es totalmente indescriptible, solo percibo luz y formas a mi alrededor, sin saber lo que es, lo que hay, y si es una persona que se va a cruzar en mi camino, muy probablemente, la cosa termine con un golpetazo.
Eso de ir caminando con la vista puesta al frente se había acabado, o eso creía yo. Caminar sin saber que obstáculos o barreras arquitectónicas me iba a encontrar por el camino, o simplemente, el no poder diferenciar la profundidad y borde de los escalones, hacia que mis niveles de ansiedad e inseguridad se dispararan. Pero yo, cabezon de mi, seguía saliendo a la calle como si aquí no pasara nada, hasta que las caídas y los golpes empezaron a llegar, Me di cuenta de que eso no era lo correcto, y de que la solución la tenia en la mano y era fácil: USAR BASTON DE ASISTENCIA.
Fue un flechazo, al principio me costaba usarlo porque me daba vergüenza el pensar el que dirán. Pero tras asimilar el “ande yo caliente, ríase la gente”, todo fue a mejor. El Flaco se convirtió en mi inseparable amigo cuando viajo o cuando estoy por calles que no conozco. Mientras camino, puedo ir tranquilamente con la vista al frente, con el cuerpo erguido, sin tener que mirar al suelo, ni encorvarme, ni fastidiarme la espalda; porque mi Flaco me avisa cuando hay obstáculos en la acera. Y lo mas importante, me identifica como discapacitado visual, como persona que no ve bien…. Y para seros sinceros, estar con El Flaco, me da una tranquilidad y seguridad tremenda a la hora de caminar, ya no podría estar sin èl.
Y bueno, como escucho??
Eso es mas fácil, tengo sordera total en el oído derecho, una leve perdida en el izquierdo, y un perenne Acufeno, un fuerte y constante zumbido las 24 horas del día en el oído derecho con el que me tendria que llevar bien si o si.
Llevar siempre dentro de mi a este maldito mosquito, grande y gordo, me mataba y me mata. No para nunca, si me estreso o me pongo nervioso, el zumbido aumenta, y si cieero los ojos para intentar relajarme, ahí sigue el amigo. De un dia para otro, Ha sido decirle adiós a poder disfrutar de una cosa tan bonita y tan necesaria para mi como es el Silencio. Se me acabo esa bendita sensación.
Durante varios años fui cabezón y reacio a usar Audífono, creía que solo con un oído me las iba a arreglar bien. No era consciente de la cantidad de veces que tenia que estar preguntando “¿¿¿el que, perdona???”, y de que ya tenia la costumbre y la rutina de tener a mi izquierda a la persona con la que este hablando, ya que ese es mi oído bueno.
Ocurrió exactamente igual que con el bastón. Hasta que no me di cuenta del daño que me estaba causando, y del sufrimiento innecesario que estaba pasando, no acepté el uso del audífono. Y eso fue en 2018 cuando volví a escuchar la vida en estéreo.
El audífono me corrige la perdida auditiva que tengo, y hace que toda la información que me viene del lado derecho, la pueda escuchar e interactuar con normalidad. Lo que antes era entender algunas palabras sueltas y que mi mente se imaginara el resto de la frase, pasó a ser música celestial para mis oídos, y una tranquilidad absoluta. Volvía a poder tener conversaciones con medio normalidad y la comprensión es casi total.
Aunque también os digo una cosa, el audífono no hace milagros. En ciertas circunstancias de mucho ruido, como es el interior de un bar o una estación llena de personas o en un aeropuerto, es un autentico caos. El ruido me hace muy difícil llevar una conversación. Hay momentos en los que, por la necesidad, estoy obligado a darlo todo por enterarme de lo que me pregunta el señor de la aduana de tal aeropuerto o de lo que me dicen en la tienda cuando voy a comprar. Pero cuando han pasado esos momentos de necesidad, y si la situación me lo permite, lo desconecto y descanso un ratito.
Y esta es mi nueva y personal forma de ver y oír a la vida… Súper orgulloso de lo que veo y de lo que escucho, aunque a veces la líe. Orgulloso por permitirme llevar una vida independiente, la mayoría de las veces. Orgulloso por tener una vida activa, poder hacer deporte y darlo todo. Orgulloso por poder viajar y seguir viendo el mundo desde mi particular punto de vista. Orgulloso de usar mi bastón y audífono cuando me haga falta y lo considere oportuno, sin importar el que dirán.
Definitivamente, súper orgulloso de “Mi Súper Poder”
Porque viajo y mi nueva forma de ver el mundo
Infinidad de veces me han preguntado que, si tengo baja visión y no puedo ver bien las cosas, porque viajo… sencillamente porque me apetece vivir.
Siempre he amado viajar, y además, esto de perderme por el mundo no es nuevo para mi. Lo que ocurre es que ahora las reglas del juego han cambiado, y uno decide si continuar o dejarlo…. Y yo decidí seguir jugando.
Desde chico mis padres se encargaron de sembrar esa semillita en mi interior, y regarla con cariño y con muchísimos viajes a Marruecos desde que era un enano. Cruzar esos 14 Kilómetros y ver ese cambio tan radical, para mi supuso un shock y algo maravilloso que se quedó grabado en mi. Siempre iba con los ojos como platos absorbiéndolo todo, porque para un niño de 5 años, recién salido del cascaron, ver ese cambio tan radical, conocer otra cultura distinta y observar esas ciudades con esa vidilla, era algo que me volvía loco y me fascinaba. Fue un antes y un después.
Durante años, viajaba rápido, con prisas y sin darme cuenta de lo que pasaba a mi alrededor. Marruecos, Islandia, Serbia o Croacia fueron algunos de los bellos rincones que conocí. Allí me divertí y fue donde viví mis primeras aventuras por el mundo junto a grandes amigos, pero había algo que no hacía, no me fijaba en esos pequeños detalles.
Y de un día para otro ocurren cosas que te hacen dar un frenazo en seco y toca replantearse la vida. Desde ese momento y tras un duro proceso de aceptación y adaptación, me convertí en otro Felipon. Abrí la mente y la convertí en una gran esponja, Empecé a fluir y a sentir el mundo, oler el perfume del que pasa a mi lado, escuchar la música del bar de la esquina, sentir la brisa del mar.
Ahora puedo decir que he aprendido a viajar.
Decidí salir fuera a vivir y hacer lo que me hace feliz sin importar mi discapacidad ni importar lo que me digan las personas. Soy consciente de mi sordoceguera, yo soy el que me pongo mis limites, y nadie mas.
Mi nuevo “superpoder” me ha hecho ver el mundo de otra forma, con la mente abierta, el corazón en la mano y, sobretodo, a sentirlo por los cuatro costados. Y es ahora cuando presto atención a esos pequeños detalles que antes no era capaz de ver.
Aprendí que la esencia no es visible, que para viajar no es necesario ver. Mucha gente piensa q viajar es visualizar los monumentos, las calles o las playas de ese destino, pero para mi hay algo más…. mucho más.
A veces debemos cerrar los ojos para ver y disfrutar de los detalles de la vida. Lo importante es ver a través de los sentidos, y eso es lo q yo intento hacer cuando mi pequeño resto visual que no da mas de si.
Ahí es cuando empiezo a usar mi “otra capacidad” para impregnarme de los miles de olores de un zoco arabe o de un espeto en Malaga, disfrutar con los sonidos , de cualquier caótica capital en Africa, o del silencio terapéutico en el Sahara, saborear un buen mango en cualquier país tropical, tocar los muros del Machupichu para notar su grandeza, sentir en mi piel la brisa y el salitre de cualquier playa de arena blanca y aguas turquesa, o sentarme en un cafetín dando sorbos al te hirviendo, o simplemente, sentado en un banco cualquiera viendo a la gente pasar.
Simplemente, hay que aprender a ver por los sentidos, dejarse llevar y fluir…. quitarse el miedo a salir de tu zona de confort e ir a bastonear nuevos mundos… porque la vida es maravillosa.